Todo recuerda la lucha interior de la materia, la experimentación enérgica de la naturaleza, los secretos tempestuosos de un universo molecular. Un mundo que es a veces caligráfico y otras biología. Cuerpos sin límites precisos aptos para el mestizaje. La libertad dirigida por la velocidad del pensamiento mecánico, electrónico. El vacío que es la necesidad y origen de la memoria.

Salvador Pérez Arroyo